Ese tiempo detenido
Hace bastantes días que no entro en la web de SENDA, hoy lo hecho y me encuentro con una sorpresa o más bien con un regalo, quizá un regalo envenenado. Es un regalo por lo bien escrito, por su profundidad, por su claridad en la exposición, por lo instructivo, y hasta, sin pretenderlo, didáctico, porque nos abre una vía a la esperanza y es un canto a la vida y a la oportunidad de inaugurar un mundo nuevo y mejor.
Envenenado porque es fuerte, amargo y doloroso, porque nos pone frente a una realidad futura pero ya presente; de un futuro que llega ya pero que, paradójicamente, quizá no existe; que tal vez todos vemos, pero ante el que muchos prefieren, preferimos, cerrar los ojos ¿tenemos otra posibilidad? Confiar en los que dicen que saben y esperar que de verdad sepan, cuando nuestro sentido común nos dice que ni siquiera pueden saber ¿es nuestra única esperanza?
Y si el porvenir al fin existe, Tomás, si al fin se pone en marcha tu tiempo, nuestro tiempo, hoy detenido, ¿encontraremos en él ese nuevo presente que deseas?
Sigue escribiendo así, compañero, es bueno ponernos frente a la verdad, porque si al final esa misma verdad puede devorarnos, al menos podremos mirarla de frente, y si ese nuevo mundo más sereno que deseas, al fin llega, nos encontremos preparados para aportarle nuestra gota de dignidad.